Microrredes inteligentes
Las microrredes son versiones a menor escala de un sistema eléctrico centralizado local, también conocido como macrorred, y están equipadas con capacidades de control que les permiten funcionar en tándem con la macrorred local, o de forma autónoma e independiente. Como tales, las microrredes existen desde hace décadas, alimentando instalaciones industriales, bases militares, campus e instalaciones críticas como hospitales, principalmente con generadores de cogeneración y motores alternativos alimentados con combustibles fósiles. Sin embargo, muchas ciudades se interesan ahora por los sistemas de microrredes que pueden integrar mejor los recursos de generación renovable y diversas cargas energéticas, dar servicio a múltiples usuarios y/o responder a situaciones medioambientales o de emergencia. Las microrredes pueden aportar varios beneficios al medio ambiente, a los operadores de servicios públicos y a los clientes; beneficios que son especialmente importantes para las ciudades en su esfuerzo por crear comunidades inteligentes, seguras y habitables con economías prósperas. Teniendo en cuenta las prioridades y los retos locales, los municipios tienen tres buenas razones para apostar por las microrredes: Las microrredes contribuyen a reducir las emisiones de GEI y ayudan a las ciudades a cumplir sus objetivos climáticos mediante: Fomentando la integración y agregación de fuentes de energía renovables, gracias a su capacidad para equilibrar la producción y el uso de energía dentro de la microrred mediante generación y almacenamiento distribuidos y controlables (por ejemplo, cogeneración, almacenamiento térmico o pilas de combustible). Aprovechar la energía que de otro modo se desperdiciaría (por ejemplo, las pérdidas de transmisión de electricidad o el calor residual de la producción de energía), gracias a la proximidad de donde se genera la energía y donde se necesita. Las microrredes pueden reforzar y aumentar la resistencia de la red central mediante: Aumentando la fiabilidad y eficiencia de todo el sistema, ya que ayudan a reducir o gestionar la demanda de energía al tiempo que alivian la congestión de la red, gracias a su capacidad para aislar y asumir la demanda local de energía de forma autónoma. Reducir la vulnerabilidad de la red, haciendo frente a los cortes de energía inminentes y protegiendo contra posibles ciberataques a la infraestructura energética. Mantener el servicio energético durante emergencias o catástrofes naturales, especialmente para los servicios públicos críticos, y ayudar a la macrorred a recuperarse de los cortes del sistema. Las microrredes pueden servir mejor a la comunidad y mejorar la economía local de las siguientes maneras Manteniendo bajo control las tarifas eléctricas gracias a una gestión más eficiente y rentable de la red, un mayor aprovechamiento de la valiosa energía desperdiciada y/o una reducción de las inversiones en capacidad energética adicional o infraestructura de transmisión. Favoreciendo la competitividad de los municipios, ya que éstos pueden ofrecer bajos costes energéticos y elevados niveles de fiabilidad que pueden atraer nuevas empresas y puestos de trabajo, especialmente industrias muy sensibles a los cortes de electricidad (por ejemplo, centros de datos, instalaciones de investigación, etc.). Garantizar la fiabilidad energética de comunidades aisladas o difíciles de abastecer, suministrando energía limpia, fiable y resistente de forma rentable. Constituir una forma ideal de integrar recursos renovables a nivel comunitario y permitir la participación de los clientes en la empresa eléctrica. Problemas a resolver Costes de la energía Emisiones de carbono Pérdidas de energía Suministro energético poco fiable Aumento de la demanda energética Infraestructuras envejecidas, débiles y ausentes