Sistema público de recarga para vehículos eléctricos
La normativa actual de la UE sobre emisiones de los coches es la más estricta del mundo. Junto con otras restricciones, los umbrales ya no pueden cumplirse sólo con los coches convencionales. Una tecnología alternativa, que reduce las emisiones locales, son los vehículos eléctricos (VE). Para que los VE entren con éxito en el mercado, es necesaria una infraestructura que funcione. Los clientes consideran que el acceso inadecuado a las estaciones de carga es el tercer obstáculo más grave para la compra de VE, después del precio y la autonomía (Mckinsey, 2018 ). Por tanto, los sistemas públicos de recarga para vehículos eléctricos apoyan la electrificación de los sistemas de movilidad urbana. Mientras que el precio y la autonomía mejoran cada año, los cargadores pueden ser de distintos rangos de potencia y tecnologías de carga. Además, pueden integrarse de forma inteligente en la red local y proporcionar información sobre el sistema a clientes, operadores y otras partes interesadas. Para la experiencia del usuario, se recomienda incluir un sistema de pago y autenticación, que facilite el acceso y aumente la transparencia del proceso de carga. También es una cuestión de acceso a las estaciones de recarga, ya que la recarga se realiza mientras el coche está aparcado, y la posibilidad de reservar plazas de aparcamiento (adyacentes a la estación de recarga) es un reto legal en muchos países. Las plazas de aparcamiento exclusivas para VE no resuelven el problema, ya que otro VE (totalmente cargado) puede aparcar durante un largo periodo de tiempo en la plaza de la que se da cuenta de la carga tras la llegada. Problemas por resolver Creciente demanda de recarga de VE Emisiones de carbono Contaminación atmosférica