Mientras Theresa May firma en ley un compromiso para llevar las emisiones de carbono del Reino Unido a cero neto para 2050, una ciudad del Reino Unido está en camino de lograr este objetivo 22 años antes

Como uno de sus últimos actos como Primera Ministra, Theresa May, ha anunciado que firmará una ley con el compromiso de alcanzar las emisiones netas de carbono para 2050. Esto convertirá a Gran Bretaña en el primer miembro del G7 en hacer oficial este compromiso.

El anuncio fue muy aplaudido por los grupos ecologistas, pero también hubo críticas sobre cómo se cumplirá el objetivo y si es realmente factible.

Sin embargo, una ciudad del Reino Unido está avanzando para ser neta cero por sí sola 22 años antes. Nottingham, situada a 200 km al norte de Londres, ha estado a la vanguardia de la reducción de las emisiones de carbono desde el año 2000, cuando firmó la Declaración de Nottingham sobre el Cambio Climático.

Desde entonces, se ha adelantado a los objetivos de 2020 fijados en el Protocolo de Kioto en 2005 y ya ha superado los objetivos de su propia Estrategia Energética para 2020, que consisten en una reducción del 26% de las emisiones de carbono, con una reducción del 39%. Ahora, espoleado en parte por el informe de 2018 del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, el Ayuntamiento de Nottingham se ha comprometido a ser neto cero para 2028.

Para alcanzar tan elevados objetivos, la ciudad ha invertido en una de las mayores flotas de autobuses eléctricos del Reino Unido, ha ampliado su red de tranvías, gestiona muchos servicios con fuentes renovables, ha mejorado las instalaciones para bicicletas y ha instalado paneles solares en más de 4.500 viviendas. Sin embargo, una característica interesante de la estrategia de Nottingham ha sido la de conservar el control de activos clave, como las redes de calor y los sistemas de transporte, junto con el deseo de desarrollar la capacidad interna.

"Ha habido una política de intentar impulsar las cosas y mantener el control municipal", afirma Jonathan Ward, principal responsable de política energética del Ayuntamiento de Nottingham. Al adoptar este enfoque, la ciudad ha podido proporcionar energía y calefacción a sus ciudadanos de forma responsable y asequible mediante iniciativas como la creación de Robin Hood Energy.

Esta empresa sin ánimo de lucro es propiedad del ayuntamiento y tiene como objetivo distribuir energía a bajo coste y hacer frente a la pobreza energética. Desde 2018, el 100% de la electricidad que suministran es renovable. El ayuntamiento también es propietario de una red de calor que suministra calefacción a empresas y residentes junto con funciones de contador inteligente. Ward explica que en el consejo "ha habido una ética de asegurarse de que estas medidas sean también una transición justa".

Esta " transición justa" es otra característica clave de la estrategia de cambio climático de Nottingham. "No debe ser un mensaje de menos", cree Ward, "sino de cómo hacemos las cosas de forma diferente y mejoramos otras cosas al mismo tiempo".

Para ello, participan en varios proyectos de rehabilitación de edificios destinados directamente a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, muchos de los cuales están financiados en parte por el proyecto europeo Remourban. En el marco de este proyecto, el ayuntamiento ha podido poner en marcha el programa piloto de viviendas de muy bajo consumo, basado en el concepto sostenible Energiesprong. Con este método se pueden readaptar y reformar pisos utilizando componentes prefabricados en pocos días y con una garantía de 30 años. Una vez terminadas, estas viviendas son eficientes energéticamente, residencias de red cero que utilizan energía renovable creada a partir de la estructura. El plan Nottingham Energiesprong implica la renovación de 150 viviendas y se centra en algunas de las casas más antiguas que actualmente son difíciles de calentar y sacará a estos residentes de la pobreza energética.

A pesar de todas estas iniciativas e historias de éxito, las autoridades locales sólo pueden hacer una parte de su trabajo para abordar este problema global, por lo que Nottingham acoge con satisfacción el compromiso adquirido a nivel nacional. "Las ciudades llevan tiempo fijando objetivos ambiciosos", dice Ward, "pero es estupendo que los objetivos internacionales y nacionales impulsen las cosas".

Cree que el objetivo de 2050 es beneficioso porque proporcionará un marco a nivel nacional para que todos puedan planificar y trabajar en torno a él. Al aumentar los requisitos mínimos nacionales y añadir un mayor peso a la sostenibilidad, las consideraciones junto a los objetivos económicos y de vivienda, los planificadores locales deberían ser capaces de hacer más. El compromiso también ayudará a abordar aspectos que escapan al control local, como la red energética del país, la evolución de la industria y la electrificación del transporte.

 

Por Bradley van Paridon