Creando y liderando el consorcio 5G RuralFirst, nos asociamos con el gobierno británico para implantar tecnologías 5G y una serie de pruebas y ensayos para demostrar las ventajas comerciales de la conectividad rural.
En las islas Orcadas instalamos Li-Fi, una alternativa al Wi-Fi que utiliza luz en lugar de ondas de radio para transmitir datos. Nuestro equipo instaló un nudo central de comunicaciones en el faro de Graemsay, una pequeña isla del suroeste del archipiélago rodeada de mareas vivas y hogar de 30 residentes. La conectividad se transmite desde el faro de Graemsay directamente a la casa de los residentes a través de la luz, ya que una bombilla corriente se convierte en un punto de acceso inalámbrico gracias a la tecnología Li-Fi.
Como popular destino turístico, la red del archipiélago, ya de por sí lenta, a menudo tiene dificultades para hacer frente a la demanda adicional de conectividad debida al turismo. Para solucionarlo, desplegamos OpenRoaming para permitir a turistas y residentes pasar sin problemas de un punto de acceso Wi-Fi a otro. Cuando un turista llega al puerto de Kirkwall, se autentica una sola vez y puede acceder a la Wi-Fi en toda la isla sin necesidad de conectarse varias veces mientras se desplaza por los puntos Wi-Fi de los destinos turísticos más populares.
Para apoyar a las empresas locales, desplegamos tecnología de conectividad e IoT en varias industrias rurales, como parques eólicos, granjas de salmón y una destilería de whisky. El salmón es el alimento de exportación número 1 del Reino Unido y trabajamos con Scottish Sea Farms (proveedor exclusivo de salmón a Marks & Spencer) para controlar la salud de su salmón. Con más de 25.000 peces que controlar por jaula, había que recopilar muchos datos de piscifactorías de salmón situadas en lugares distantes de la costa, con condiciones meteorológicas a menudo peligrosas. Nuestros sensores IoT miden la salinidad, la temperatura y el oxígeno del agua para determinar el mejor momento para alimentar a los peces y dispensar automáticamente la comida necesaria, lo que garantiza no sólo un cuidado óptimo de los peces, sino también la seguridad de los trabajadores, que no tienen que desplazarse hasta las jaulas en condiciones meteorológicas peligrosas.